Newsletters ¿Quién no tiene conflictos?

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Antonia Vasconcelos 
Psicóloga Social 
Profesora de Primaria y Secundaria. 

¿Quién no tiene conflictos? 
Durante mis años de Universidad, en las reuniones de fin de semana para relajarnos de la gran carga académica, conversando y tomando un vinito, llegaba e interrumpía a manera de broma: ¿de qué están hablando? ¡Para ponerme en contra ¡

La reunión se avivaba, cada uno tratábamos de sacar el mejor argumento, relucían las opiniones y los ejemplo. ¡Sube el tono de la conversación y la cosa se pone interesante! Pocas veces llegamos a consenso, algunos salíamos, molestos, pero, sobre todo, la mayoría creíamos que era un ejercicio mental porque lo repetíamos frecuentemente. 

Años antes, durante la adolescencia preferí vestir diferente del resto, si la moda era minifalda, usaba grandes faldones hasta el suelo, pero cuando la moda cambio a midi o maxi, llevaba las falditas muy cortitas. 

Cuando ya era madre de una universitaria, iba de vez en cuando por la noche a recoger a mi hija a la salida de sus clases y era tan difícil encontrarla porque todas iban ´´disfrazadas´´ con el mismo jeans  y una camiseta, de ser posible del mismo color oscuro que usaba la mayoría, además de agarrarse el pelo en un moño o cola de caballo. Muy de vez en cuando pude encontrar un chico o una chica que se salía del patrón de vestir y con ello, llamaba las miradas de los demás. 

Así comprendí que entrar en conflicto con los demás o contigo misma puede ser un detonante positivo para que fluyan las mejores ideas, para crear un equilibrio entre los tradicional y lo diferente, para cuestionarte y cambiar, para ser entonces la oveja negra; o en caso contrario, para seguir siendo del rebaño, de la misma maquila creada por el sistema, no llamar la atención para no desentonar, no decir nada en contra para no molestar, pasar sin remover las aguas, dejar que todo pase igual que antes … ERES CONFLICTIVA O SOS CONFLICTUADA

Los jóvenes de hoy creo que no utilizan mucho la palabra conflictiva, realmente pienso que no quieren confrontar a los demás ya que lo consideran una falta de respeto, una intromisión al punto de vista ajeno, un abuso a la manera de ser de los otros. Me atrevería a pensar que ser conflictiva hoy en día se denomina ser un tipo de ´´persona tóxica´´, esas gentes que con sus palabras hieren, pero también te llevan a confrontar contigo misma, cuando tú no estás preparada para eso. 

Igualmente, diría que estas nuevas generaciones -ahora todas llevan una letra o distintivo- son también conflictuadas, que sería llevar el conflicto hacia adentro, el conflicto consigo mismos, como introspección de situaciones que se colocan dentro de ti y que se cierran bajo 7 candados para no dejar salir fácilmente ya que no es ´´cool´´ andar contando tus miedos, ni siquiera a tus mejores amigos o amigas. 

Esto no significa que los ahora padres o madres de familias, abuelos o abuelas, no tuviéramos conflictos internos de muchas variedades, algunos que no conocimos a los especialistas en esta materia, o que simplemente no teníamos dinero para pagar terapistas o psicólogos, los contábamos en grupos de amigos o amigas y aunque no siempre recibimos un consejo acertado, el solo hecho de ´´sacarlo´´ ya mejoraba la situación. 

Algunos que no hicieron esta práctica, todavía andan cargando su saco de temores en la espalda… Hoy en día las ´´llaves´´ de estos 7 candados, están en manos de especialistas que con diferentes técnicas, esencias, escuelas y artes, tienen la capacidad de abrir esos cerrojos y que dejan fluir esos pesos del alma hacia afuera, todo es que busques ayuda, pero es allí donde podemos encontrar el tropiezo más grande: no nos enteramos que somos personas conflictuadas, es más, algunas veces lo tomamos como una característica positiva de nuestra personalidad y nos enorgullecemos de ser así, considerando que es una riqueza del espíritu. 

Conflictos En Todas Las Tallas… 
¿Si entras a la zapatería buscando botas para la lluvia y te encuentras con tus soñadas sandalias rojas, tienes un conflicto? 

Según internet, ¡no¡
 
Porque los conflictos son entre 2 o varias personas con diferencias de intereses que entran en disputa. ¿Pregúntale a un adolescente de 16 años que tiene dos o más pretendientes que le gustan, si no tiene un conflicto?  O a un adulto con una cuarentena de años, que está claro que debe cambiar de trabajo, pero su esfera de confort le dice que no lo haga. Tienen ellos un conflicto, ¿de qué medida? 

O será que toda nuestra vida se trata de avanzar entre pequeños digamos banales y grandes determinantes conflictos que tenemos que surfear todos los días. Si es así, ¿deberíamos tener una educación escolar que nos promueva la resolución diaria de conflictos internos como externos?  

Como padres de familia deberíamos de dejar de decidir por nuestros hijos para que ellos aprendan desde temprana edad a resolver esos ´´obstáculos´´ Conozco madres y esposas que deciden hasta la ropa que se pondrán sus hijos o esposos diariamente o la cantidad de comida que deben ingerir. 

¿Tendríamos que mejorar nuestra comunicación y reaprender un vocabulario y una actitud generadora de conflictos sin caer en disputas inútiles, pleitos tontos o peor en peleas físicas y hasta en guerras?